Mi intención en esta entrada es la de comentar esa otra serie tan interesante y entretenida de ángel y demonio que se emite los martes.
Es una maravilla ver a esa chiquilla tan buena, con esa mirada tan penetrante y dulce, ese caramelo de niña que hace que se te salten las lágrimas de ver como se come a un repartidor de pizzas. Hace dos días pedí pizza y el tío de la moto me las quería dejar por debajo de la puerta, por que ya no se fían.
En los colegios los maestros ya no les dejan a los niños coger las tijeras, por si hay alguna niña más que no sabe que clavarselas en los ojos a los maestros está prohibido.
Que bonita relación de amor entre un ángel y un demonio, cosa extraña por que dicen que los angeles no tienen sexo, que bonitos les tienen que salir los hijos con alas, cuernos y rabo, algo parecido a los hijos de Asno de Sreck.
Lo mejor de la serie es cuando uno bueno tiene delante a uno malo y le cae la espada de juntá en alcohol y prendida con el mechero para que lo mate. Anda que no molaría pedirle a tu jefe unas vacaciones y si te dice que no chumarrascarle el bigote con la espadita incendiada.
Otra cosa molona es llegar a los chorrocientos años con un aspecto tan metrosexual y joven, ese es el sueño de la Duquesa de Alba seguro.
Lo interesante es ser angelito bueno o demonio malo malísimo según las circunstancias, o simplemente ser sólo travieso y quedarte a medias que te lo pasas mucho mejor.
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