Este es el título de un preciosísimo programa de televisión en el que varios potentados nos restriegan por la cara sus modestas y humildes viviendas.
Es un programa muy formativo, ya que aprendemos lo de puta madre que se puede vivir y lo mierdosos que somos por vivir donde vivimos.
Creo que la idea de este programa surgió cuando la ministra aquella dijo que se podía vivir muy bien en un piso de treinta metros, este programa es un claro ejemplo de ello.
Esas casas con gimnasio, sala de cine, salón de billar y otros entretenimientos. En mi casa el único sitio entretenido es el water, y no por lo que hagas dentro, sino por la habilidad que tienes que desarrollar para entrar y salir. Es imposible, aunque parezca mentira, que yo me haga pipi fuera del water, por que no hay más sitio.
El jacuzzi es impensable, a unas malas si tuviera bañera, con alguna que otra ventosidad se arreglaba, pero tengo placa ducha y chica, me lavo los pies desde fuera por que no me puedo agachar dentro de la mampara.
El salón de trescientos metros con cuatro sofás y vistas al mar no lo tengo en mi casa. A mi el mar me da mareos, pa mi mujer y pa mí con un sillón nos vale y con la estufa de 500w que tenemos no podríamos calentar tanto salón.
Antiguedades super valiosas tampoco tenemos, bueno la televisión que es en blanco y negro.
El único cuadro que tenemos pintado a mano es un garabato que hizo mi chiquilla para el día del padre.
Pero con lo que tengo me conformo y además soy feliz, sobretodo cuando veo esas casas tan grandes, prefiero vivir en la mía, más recogidita. Yo cuando veo este programa en lugar de pensar: ¿quién vive ahí?, yo pienso ¿quién limpia ahí?, por eso soy feliz con mi casita.
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