Anoche en Jódar hubo muchos de esos momentos mágicos por los que a uno le gusta hacer esto.
La noche prometía, ole las tapas de Jaén, pero no veas el hambre que da estar en el escenario mientras el personal se harta de menear el bigote. Caso destacado fue el niño del bocata. Sin exagerar el bocadillo suponía algo más del 50% de la talla del chiquillo.
En varios momentos del pase temí por resbalarme debido a la gran cantidad de saliba que derramaba en el suelo.
Se ve que como a la misma hora estaban poniendo Juan y Medio, la infancia tubo sus minutos de gloria durante la velada, al niño del bocadillo hay que sumarle el chiquillo que cuando vaya a una Pescadería con su madre pedirá un "follo" para ponerlo a la plancha. Más vale decirlo eso a que lo busque en internet y se encuentre con la verdad.
En el apartado de adultos, empezó a destacar por méritos propios mi primo, ya sabéis, entregado al máximo desde el minuto uno movilizador de masas, sin lugar a dudas el líder de Jódar. Quedó claro cuando otra insensata pretendió arrastrar al público en un aplauso unánime y se quedó sóla, pobrecita.
Pero también estuvo entregada al máximo y eso es de agradecer.
Tras un pequeño riego de atragantamiento, por otro lado lógico por que la peña no paró de comer en todo el rato, lo más normal era que en cualquier golpe de risa se mascara la tragedia. Por suerte todo quedó en un suto esta vez. Hay que coordinar mejor eso.
Cuando se acercaba el final del primer pase llegó otro de los grandes protagonistas de la noche, mi guardaespaldas, salvando las diferencias con kevin y Witney (no se si se escribe así, es que se me dá muy mal el inglés) sobre todo con Witney por razones evidentes. El tío estaba más fuerte que el vinagre, cuando me busco un guardaespladas me lo busco en condiciones. Por cierto, en la foto has salido un poco oscuro por motivos de seguridad, para que no se desvele su identidad.
Un momento destacable pero discreto fue el de mi amiga futura periodista, espero que pudiera sacar una crónica medio decente de la noche. Suerte para acabar la carrera y para encontrar trabajo un milagro, y no es por desanimar.
Pero sin duda el gran protagonista de la noche fue el señor agente, no voy a dar más detalles,por que bastante fue que me librara anoche de dormir en el cuartelillo, pero lo que fue increíble de verdad, y no es coña, es absolutamente cierto, antes de llegar a Úbeda, a la altura del Don Nadie, me paró la Guardia Civil, en serio, pero no me pusieron a soplar, me dejaron pasar rapidamente, se ve que me hizo caso y efectuó la llamadita que le dije.
En definitiva, que fue una noche estupenda para repetirla cuando queráis.
